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FRENTE AL NUEVO PROCESO ELECTORAL, ¿VOTAREMOS COMO SIEMPRE HEMOS HECHO?. EL MOMENTO DE DECIDIR ENTRE PROPUESTAS O PERSONAJES.

Publicado: 2010-02-20

                                                    En las poco más de tres décadas que tengo de vida no recuerdo alguna época electoral en la que hayamos elegido en base a propuestas serias e ideas políticas , ya sea para elegir alcaldes, regidores, congresistas, presidente, o parlamentarios andinos. Generalmente lo que ha primado no ha sido el apego a un pensamiento o doctrina política, sino la identificación con los propios personajes políticos. Recapitulando un poco nuestra historia reciente podemos recordar que a Belaunde los eligieron con un matiz sentimental porque había sido derrocado y desterrado por un golpe de Estado y al Arquitecto le tocaba “volver al poder”. Y así fue, volvió, gobernó nuevamente, no dejó mayor obra que la marginal de la selva, que hoy lleva su nombre, y las Torres de Limatambo, mientras que de doctrina política o propuestas claras de gobierno nada solo se recuera la lampa. A Alfonso Barrantes, el recordado “frejolito”, se le eligió porque resultaba ser un tipo gracioso por lo menudo de su cuerpo y porque algunos comunistoides pensaron hallar en él al “mesías esperado”. Su principal obra fue el “vaso de leche”, el cual subsiste hasta hoy y salvo el morbo que producía el sonado feeling que tuvo (según las malas lenguas limeñas) con una cantante española muy famosa en aquella época cuyo nombre todos conocemos, de ideas o propuestas políticas nada ha quedado. Alan García fue elegido en su primer gobierno no por haber logrado que la doctrina de Haya de la Torre se inserte en la mente social colectiva de los peruanos de los 80´, sino debido a que era “el candidato joven” que podía gobernar “bien” (no entiendo éste criterio) y porque, según las versiones que yo mismo oía en aquella época de boca de tías y primas poco sensatas, resultaba ser “guapo”. De su paso por la presidencia mucho se ha hablado y para la gran mayoría de los que leen estas líneas aquella época constituye un recuerdo penoso. Como en los casos anteriores, en doctrina y propuestas políticas nada se aportó. Gobernó Lima Don Jorge del Castillo gracias al balconazo de su compañero presidente. De esa época lo que más resalta es la gran popularidad que logaron los cómicos nacionales y las secciones humorísticas de los diarios y revistas graficando al personaje “Jorgito” como un cándido (por decir lo menos) protagonista de la labor municipal. Una vez más, de propuestas: ¡no se oye padre!. Entramos al “lado oscuro de la fuerza”, perdón, a la década de los noventas, tiempo en que el slogan honradez, tecnología y trabajo llevó a Alberto Fujimori (ó Kenya Fujimori) al poder presidencial. Todos sabemos que en aquel gobierno lo menos que existió fue honradez y que su única doctrina fue la dictatorial y la repartija de fondos públicos. Al menos el “chino” dejó algo: un país quebrado y numerosos ex funcionarios públicos implicados en delitos de corrupción, peculado y tráfico de influencias y como cereza de torta a él mismo fungiendo de jardinero en el establecimiento penitenciario donde pasará el resto de sus días sentenciado , entre otros, por el delito de homicidio calificado. (1). Como en los casos anteriores, en doctrina política y pensamiento político nada se aportó. Durante las dos décadas del gobierno de Fujimori Lima fue gobernada por Belmont y Andrade, quienes más allá de ser personajes pintorescos bien intencionados, no contaron con respaldo partidario o doctrina política de tipo alguna y por ello, salvo algunas importantes obras, no se les recuerda por haber tenido trascendencia en el pensamiento político. El “Chino” fugó y Paniagua pasó, sin siquiera imaginarlo, de ser un Congresista electo con bajo voto popular a Presidente del Congreso y luego a Presidente Interino de la República. Sé que el Doctor Paniagua fue un excelente constitucionalista y un buen hombre, incluso contó con el respaldo de un partido político, pero, debido a la brevedad de su gobierno

interino, de doctrina política y propuestas nada vimos. Estoy convencido que si hubiese contado con más tiempo otro sería el tema, o al menos, eso quiero creer. Fue elegido Toledo porque al papá de Lourdes, en una mañana de natación, le salió lo racista. Gobernó en “piloto automático”, o mejor dicho, sus ministros gobernaron por él y más allá de los escandaletes dignos de prensa chicha nada dejó en doctrina y propuestas políticas. Volvimos a Alan, algunos votamos por él con la nariz tapada, otros con nauseas, otros tantos con un ojo cerrado y el otro a medio abrir, pero lo curioso, e incluso irónico del tema, es que esta vez sí votamos teniendo en cuenta ideas políticas pero paradójicamente para evitar que éstas se transformen en actos de gobierno, ya que elegimos a Alan para evitar que Ollanta Humala llegue al poder. Es triste decirlo, pero la única vez que tuvimos en cuenta ideas fue para mandarlas al tacho de la basura por rechazo (o quizá temor) a ellas. Otra historia se habría escrito si en aquel momento Humala hubiese sido contrarrestado de manera seria y consistente con ideas opuestas a su pensamiento. Claro, esto en el caso de haber tenido políticos con ideas serias y consistentes. Alan sigue gobernando. En el tema de ideas nada se oye, en propuestas nada se debate, solo vemos un ir y venir de escandaletes domésticos donde observamos a trabajadoras lavando los pies a sus “patronas”, a personajes acuchillados, corazones rotos, venganzas y mentiras. Al menos se puede decir que hoy en día tenemos una clase política que nos “entretiene”. Mientras tanto, Gobierna Lima Lucho Castañeda. A él no podemos exigirle hablar de propuestas, porque al parecer hablar no es precisamente su punto fuerte.  Y así llegamos ad portas de renovar al Gobierno Nacional y a los Gobiernos Regionales y Municipales. Hasta ahora los pre-candidatos mantienen, salvo algunas excepciones, perfiles bajos. Esperemos que se inicie la carrera electoral y estemos atentos desde la más humilde de las trincheras hasta los más notables escenarios para exigir a nuestros candidatos que exhiban su pensamiento político, presentando sus propuestas de gobierno y las formulas para su implementación, evitando repetir la vieja costumbre (poco efectiva por cierto) de elegir a líderes como si se tratase de optar por el mejor payaso del circo. ------------------------------------------- Me refiero a Homicidio Calificado porque considero que en el Caso “Matanzas de Barrios Altos y La Cantuta” no se configura el delito de lesa humanidad que erróneamente ha considerado la Sala Penal Especial y la Sala Penal Revisora de la Corte Suprema que conocieron el tema.


Escrito por

Alexander Bazán Larco

http://www.alexbazanl.me


Publicado en

FEBRERO TRECE

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